Me miras y no sé qué te doy…
no me siento como los auténticos devotos.
Solo mi sangre, violetas y mis palabras son las que te otorgo y aunque dudo mi corazón, día a día, ves sin miedo a los pies de tu altar.
¿Es eso lo que quizás te hace mirarme? ¿La lucha en mí? ¿Las luces y sombras de mí?
Te llamo y te encuentro…me acompañas, te acompaño.
Y si pienso y olvido…me traes puertas donde sabes que tengo la llave, noches oscuras donde sabes que tengo el fuego para encontrar la luz y la visión, si caigo…me encuentro bien abajo…ya puedo salir cuando quiera solo fui a casa a visitarte.
Es difícil, creerte, es difícil venir del nada al todo… Es difícil comprender que estas y no estoy sola.
Y me miras y no sé qué te doy…pero me miras como tu reto…aunque no necesitas de mí…la grande y titánica…la reina invencible…
Hoy recuerdo tu abrazo esa noche tan mala para mi, gigante y yo más pequeña que un garbanzo…la oscuridad que me arropaba era cálida… estaba en tu seno…Estaba contigo en mis sueños…Nada me podía hacer daño estando allí y levante cantando y llena de…vida.
De una forma u otra mi camino está en ti…lo sé, lo niego, lucho contra el mundo material y consumista, contra la verdad de otros…lucho contra eso de mi…
Y estas otra vez más con tus regalos y en mis ojos atónitos y asustados a veces…gritando estas ahí… y no sé qué puedo yo darte…Gran Madre de las brujas, mi gran madre terrible y oscura, madre que sana y destruye…completa en ti misma como la única.
27-marzo -2011
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